
Dedicarse al trabajo social en España no es ni mucho menos una labor sencilla. El trabajo social es, en esencia, aquel desempeño profesional que se dedica a ayudar a personas en situaciones de vulnerabilidad procurando una mayor integración y bienestar.
Por ejemplificarlo, los trabajadores sociales son la representación más directa de las administraciones públicas en aquellos sectores sociales más desfavorecidos y que más ayuda necesitan.
Entre estos colectivos, podríamos mencionar a víctimas de violencia de género, ancianos sin redes de apoyo, familias que han perdido su vivienda o menores extranjeros no acompañados (MENA), entre otros muchos colectivos.
¿Están en riesgo los trabajadores sociales? Riesgos reales en el día a día
Por la naturaleza de los entornos donde desempeñan su labor, los trabajadores sociales, en muchas ocasiones, tienen que enfrentarse en primera persona a situaciones delicadas que pueden poner en riesgo su propia integridad física y psicológica.
Como bien apuntábamos anteriormente, estos empleados son la cara visible de las administraciones públicas y son los encargados de dar las buenas y las malas noticias cara a cara.
En ocasiones, la propia tensión y la frustración de estos colectivos vulnerables pueden desembocar en actitudes violentas si las expectativas generadas por el trabajo social no se satisfacen.
Esta violencia tiene dos vertientes fundamentales (violencia física y psicológica) y, por desgracia, muchos trabajadores la sufren.
De hecho, sin ir más lejos, en nuestro país cada año se registran muchos episodios de violencia hacia estos profesionales que tienen que asimilar de manera directa las decisiones que van a afectar determinantemente a personas en situaciones de verdadera tensión.
Todo ello nos permite afirmar, sin titubear, que el trabajo social se ha ido convirtiendo poco a poco en un trabajo de riesgo. Por ello, es necesario plantear un marco en el cual estos profesionales se encuentren seguros y amparados por mecanismos que garanticen su integridad.
¿Qué funciones cumplen los trabajadores sociales en entornos vulnerables?
La principal función del trabajador social es garantizar que las personas en situaciones de mayor vulnerabilidad dispongan de los recursos necesarios para tener una vida digna.
Para llevar a cabo esta misión, el trabajo social tiene muchas vertientes y en la práctica existen multitud de tareas que ayudan a lograr este objetivo último.
En el desempeño de estas tareas más “secundarias”, los trabajadores sociales han de ser personas que sepan escuchar, evaluar y orientar a las personas con las que estén trabajando teniendo siempre muy claro cuáles son los límites de cada uno de los colectivos.
No olvidemos que muchos de estos colectivos pueden estar muy influenciados por tradiciones, religiones o culturas que están muy alejadas de la nuestra.
Empatizar con esas diferencias, intentando que se den puntos de cohesión para que haya una integración, forma parte de las misiones comunes de todos los trabajadores sociales independientemente de a qué se dediquen después de manera más concreta.
Independientemente de esto, los trabajadores sociales tienen estas otras funciones principales:
- Gestión de recursos públicos: Las ayudas públicas y los recursos económicos que vienen de las administraciones públicas son gestionados por los trabajadores sociales.
Esta parte sirve para entender muchos de los posibles altercados y violencia que se pueda recibir por parte de los empleados. - Mediación en conflictos familiares o comunitarios: Problemas como los divorcios, disputas entre padres e hijos o problemas que pasan de generación en generación por causas como una herencia, pueden ser mediados por los trabajadores sociales.
- Acompañamiento en procesos judiciales o administrativos: Informar a los afectados en estos procesos judiciales y/o administrativos, asesorar legalmente y psicosocialmente o velar por los derechos de los más desfavorecidos, son otras de las misiones más importantes de los trabajadores sociales
- Intervención en crisis sociales o en emergencias: En caso de que estas familias más desamparadas sufran algún tipo de catástrofe o de acontecimiento que rompa por completo su rutina, los trabajadores sociales actúan con la misma urgencia para ayudar y amparar a estas personas.
Es importante señalar que esta misión del trabajo social actúa de manera transversal a todos los estratos sociales que hayan sufrido dicho acontecimiento dramático.
Aunque no se le dio la misma importancia que a los bomberos y al personal de emergencia, los trabajadores sociales jugaron un papel (y juegan) fundamental en la catástrofe que sufrió Valencia el año pasado con la dana.

¿Por qué ha aumentado el nivel de tensión en los servicios sociales?
El hecho de que haya aumentado durante los últimos años la tensión y la conflictividad alrededor de los trabajadores sociales no es ni mucho menos una casualidad.
Estudiar las causas de estos acontecimientos es, en definitiva, hacer un repaso de los problemas sociales que sufrimos la mayoría de los españoles. Además, como hemos visto, a estos problemas hay que sumarle otros que añaden unas dificultades extra que hacen mucho más difícil sobreponerse a ellos.
Un claro ejemplo de estos problemas puede ser la vivienda. Que un número tan importante de españoles tenga dificultades para poder pagar su alquiler o que tenga que destinar un porcentaje elevadísimo de su sueldo a dicha misión es grave, pero cuando este problema está sumado a otros como el racismo u otros componentes de exclusión social, la cosa empeora mucho.
No obstante, estos no son los únicos factores que explican este aumento de la conflictividad. Existen otros que también tienen un peso enorme y que es necesario analizar:
- Sobrecarga de trabajo y falta de recursos: El hecho de que haya personas que estén en situaciones desesperadas y tengan que acudir a oficinas donde se les haga esperar puede frustrar mucho.
La demanda de apoyo social y de recursos económicos ha ido subiendo a un ritmo mayor que los propios recursos destinados a los profesionales que se dedican a atender a las personas.
Por ello, al ser la cara visible de esa falta de recursos, los trabajadores sociales muchas veces tienen que aguantar el chaparrón y dar la cara. - Desconfianza institucional y mediática: A lo largo de los últimos años ha crecido en España (y en el resto de países occidentales) un discurso que ha saltado rápidamente a redes sociales y a medios de comunicación donde se criminaliza y banaliza a los colectivos más desfavorecidos.
Estos discursos y este paso atrás en lo que respecta a la integración y a la convivencia, no hacen más que avivar un clima donde hay más tensión y más crispación. - Espacios laborales poco seguros: Ante este ambiente donde todo es más caro y donde se culpabiliza al más débil, la falta de recursos para los profesionales también trae consigo el hecho de encontrarnos espacios laborales poco seguros.
Con esto, nos referimos a que los despachos y los espacios donde se llevan a cabo entrevistas o reuniones con familias que van a recibir malas noticias no cuentan con por ejemplo, salidas de emergencia o botones de alarma. - Falta de formación en la resolución de conflictos: A pesar de que los trabajadores sociales están de sobra formados a nivel teórico y técnico, quizás carezcan de la preparación necesaria en lo que respecta a sobreponerse a situaciones de violencia verbal o física.
La combinación de todos estos factores puede darnos un marco que explique, en parte, el porqué del aumento del riesgo a la hora de desempeñar estos trabajos sociales.
Los trabajadores, como es lógico, pueden sufrir ansiedad y miedo hacia su propio trabajo al experimentar situaciones dramáticas y muy potentes para las que no todo el mundo está preparado.
Casos recientes de agresiones o amenazas
Aunque existen multitud de casos de violencia que no están contabilizados (insultos o agresiones verbales que no llegan a ser denunciados), lo cierto es que sí ha habido recientemente algunos casos más notorios que han dado el salto a la prensa.
El último caso, en septiembre de este mismo año, lo ha protagonizado una educadora de un centro de menores que ha sufrido una técnica de estrangulamiento mientras ejercía su trabajo.
Los casos más recientes son un indicativo del problema que está experimentando esta profesión y no deja de ser preocupante por la importancia del trabajo que desempeñan estos profesionales.
El Consejo General de Trabajo Social (CGTS) ha pedido explícitamente que, ante el aumento de violencia verbal y física, se reconozca como riesgo laboral específico y ha reclamado que se ofrezcan estadísticas oficiales que permitan dimensionar el problema.
No hay que olvidar, además, que este tipo de violencia puede ser ejercida durante el transcurso del trabajo y fuera de él. Las redes sociales no dejan de ser un espacio donde, de manera hasta anónima, pueden ejercerse muchos tipos de violencia.
¿Qué piden los profesionales? Medidas de seguridad y apoyo institucional
Lejos de reclamar privilegios para sus profesionales, los colectivos de trabajadores sociales reclaman protección ante estas situaciones y que haya garantías suficientes de seguridad.
El primer paso para ir en esta dirección pasa por generar protocolos de prevención que sirvan como planes de contingencia ante cualquier amenaza o agresión.
Desde las administraciones públicas, existen ayuntamientos como el de Zaragoza donde existen protocolos de actuación en coordinación con la policía local del municipio cuando se dan situaciones de violencia en el trabajo.
No obstante, no hay nada que hable, de forma específica, de protocolos ante situaciones violentas en el desempeño del trabajo social.
Otras de las medidas que piden los profesionales son:
- Instalaciones seguras y adaptadas
- Acompañamiento en las visitas domiciliarias cuando se trate de situaciones con un potencial de peligrosidad mayor. También, los colectivos reclaman que exista un protocolo de seguimiento de estas visitas compartiendo en tiempo real la situación del profesional.
- Formación específica en gestión de conflictos
- Apoyo psicológico y legal después de haber sufrido alguna agresión.
En este sentido, las entidades contratantes como las ONG o las instituciones públicas tienen un papel fundamental al dotar a sus centros de los recursos necesarios para garantizar la seguridad de los empleados.
Asimismo, establecer canales de comunicación fiables a nivel interno donde se pueda informar sobre estos acontecimientos para que el resto del equipo quede prevenido es también muy importante y los contratantes deben ofrecer herramientas para que esto se dé.
La violencia contra estos trabajadores no es más que un reflejo de los problemas sociales que experimenta un país como el nuestro y estos episodios no pueden considerarse como hechos aislados.
Los trabajadores sociales deberían estar blindados ante este tipo de agresiones que sufren por las carencias del sistema al que representan.
Referencias
- Educadora de un centro de menores sufre una agresión en el trabajo – El Mundo
https://www.elmundo.es/andalucia/2025/09/15/68c83332e4d4d8727f8b458c.html - Prevención y actuación frente a agresiones a trabajadores sociales – Consejo Andaluz de Colegios Profesionales de Trabajo Social
https://www.comtrabajosocial.com/profesionales-y-futuras-profesionales/servicios-a-la-colegiatura/prevencion-y-actuacion-frente-a-agresiones/ - El Consejo General de Trabajo Social alerta del aumento de agresiones – CGTrabajoSocial
https://www.cgtrabajosocial.es/noticias/agresiones/12892/view - Trabajadores y educadores sociales denuncian violencia y acoso laboral – El Periódico
https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20250410/trabajadores-educadores-sociales-violencia-acoso-trabajo-116230248 - Funciones del trabajador social – Consejo General del Trabajo Social (Asturias)
https://www.cgtrabajosocial.es/asturias/funciones - Definición global del trabajo social – Federación Internacional de Trabajadores Sociales (IFSW)
https://www.ifsw.org/what-is-social-work/global-definition-of-social-work/definicion-global-del-trabajo-social/ - Intervención en emergencias desde el trabajo social – Víctor Nieto
https://victornieto.es/intervencion-emergencia-trabajo-social/